La aprobación, por unanimidad de 472 votos, fue al dictamen a la minuta que adiciona el artículo 216 Bis de la citada ley.
Se establece que los aceites y grasas comestibles, así como los alimentos y bebidas no alcohólicas, “no podrán contener en su presentación de venta al público aceites parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, que hayan sido añadidos durante su proceso de elaboración industrial”.
Además, los alimentos, bebidas no alcohólicas, aceites y grasas “no podrán exceder dos partes de ácidos grasos trans de producción industrial por cada cien partes del total de ácidos grasos”.
El dictamen, que fue remitido al Ejecutivo Federal para sus efectos constitucionales, agrega que la Secretaría de Salud establecerá las bases de regulación para estos ácidos de producción industrial en los términos de este precepto.
El documento refiere que los expertos señalan que el consumo de grasas trans aumenta considerablemente el riesgo de muerte por cualquier causa en 34 por ciento y por cardiopatías coronarias, en 28 por ciento.
Además de que se han observado aumentos no significativos de entre 7 y 10 por ciento en el riesgo de muerte por accidente cerebrovascular isquémico y diabetes, respectivamente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que en el mundo mueren más de 500 mil personas al año debido al consumo de grasas trans. En América fallecen 160 mil personas al año, y según estudios realizados por organizaciones de la sociedad civil, en México mueren más de 13 mil personas anualmente por esta causa.
El subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de México, Hugo López-Gatell, dijo en redes sociales que la Salud Pública en México celebraba la acertada y congruente actuación de los diputados mexicanos al aprobar por unanimidad “la reforma para eliminar las grasas trans, de origen industrial, del sistema alimentario”.
Señaló que esta medida, junto con el etiquetado frontal de alimentos, reducirá la prevalencia y mortalidad cardiovascular y metabólica, “ya que la mayoría de las grasas trans que consumen las personas mexicanas provienen de productos chatarra”.
Con información de EFE