Proyecciones de la iniciativa Earth4All apuntan a que la población mundial alcanzaría los 9 mil millones en 2050, cifra inferior a estimaciones demográficas
Una nueva proyección estima que la población mundial podría alcanzar un máximo de 9 mil millones de personas a mediados de siglo, una cifra significativamente inferior a las últimas estimaciones demográficas destacadas, incluidas las de Naciones Unidas.
El estudio va más allá y afirma que si el mundo da un “salto de gigante” en inversión en desarrollo económico, educación y sanidad, la población mundial podría llegar a un máximo de 8 mil 500 millones de personas en 2050.
Las nuevas proyecciones se incluyen en un estudio de la iniciativa Earth4All para la Global Challenges Foundation.
Para hacer estas proyecciones, el equipo usó un nuevo modelo de dinámica de sistemas con dos escenarios en este siglo.
En el primero, “Demasiado poco, demasiado tarde“, el mundo sigue desarrollándose económicamente como en los últimos 50 años y muchos de los países más pobres salen de la pobreza extrema.
En este escenario, los investigadores calculan que la población mundial podría alcanzar un máximo de 8 mil 600 millones en 2050, antes de descender a 7 mil millones en 2100.
En el segundo escenario, denominado “el Salto Gigante“, los investigadores calculan que la población alcanza un máximo de 8 mil 500 millones de personas en torno a 2040 y disminuye a unos 6 mil millones a finales de siglo.
Pero eso solo se consigue “mediante una inversión sin precedentes” en la mitigación de la pobreza -en particular en educación y sanidad– junto con un giro extraordinario en las políticas de seguridad alimentaria y energética, desigualdad e igualdad de género.
En este escenario, la pobreza extrema desaparece en una generación (para 2060), con un marcado impacto en las tendencias demográficas mundiales.
Los autores creen que la diferencia con otras proyecciones demográficas importantes radica en que estas suelen restar importancia al rápido desarrollo económico.
“Sabemos que el rápido desarrollo económico de los países de renta baja tiene un enorme impacto en las tasas de fertilidad. Las tasas de fecundidad descienden a medida que las niñas acceden a la educación y las mujeres se empoderan económicamente y tienen acceso a una mejor atención sanitaria”, afirma Per Espen Stoknes, jefe del proyecto Earth4All y director del Centro para la Sostenibilidad de la Escuela de Negocios de Noruega.
“Pocos modelos destacados simulan simultáneamente el crecimiento demográfico, el desarrollo económico y sus conexiones”, añade Beniamino Callegari, miembro del equipo de modelización de Earth4All.
El análisis utiliza diez regiones del mundo, como el África subsahariana, China y Estados Unidos.