La primera piedra del Mausoleo Tiresias, un espacio de memoria que acogerá restos de mujeres trans, una iniciativa de la activista Kenya Cuevas, fue colocada en el panteón civil de San Lorenzo Tezonco, en el suroriente de la Ciudad de México.
“Hoy me siento muy tranquila y muy contenta conmigo misma porque sé que están descansando. Las personas mueren cuando son olvidadas. Ellas no van a quedar jamás en el olvido. Yo no sabía cómo hacerlo, pero tenía la convicción y las ganas de hacerlo”, dijo la también directora de la organización Casa de las Muñecas Tiresias.
El lugar, que contará con 146 espacios y fue donado por Clara Brugada, la alcaldesa de Iztapalapa, donde se ubica el cementerio, será construido con el apoyo de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
Cuevas recordó que las mujeres que serán enterradas en este lugar, que esperan esté listo a finales de julio, fueron víctimas de la violencia transfóbica o de la violencia estructural.
También dijo que este lugar será muy importante por la memoria de todas las mujeres y para pagar la deuda que el Estado tiene con ellas.
“Lo que nos une no es la muerte, es la memoria. De este lado del continente nuestra esperanza de vida es de 35 años. Se está pagando una deuda hacia nosotras”, dijo la activista trans.
Durante la colocación de la primera piedra también estuvo presente la fiscal general de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, quien dijo que este día fue una celebración para las mujeres trans.
“El derecho a la muerte digna debe ser asequible a todas”, sentenció.
Kenya Cuevas lleva desde 2016 recogiendo cuerpos de compañeras trans fallecidas que no cuentan con nadie de su familia que las busque y que les de una sepultura digna.
Todo empezó con el asesinato de Paola Buenrostro en 2016, una mujer transgénero dedicada al trabajo sexual. El 29 de septiembre de 2016 se subió al auto de un hombre quien, al darse cuenta de que era una mujer trans, le disparó con un arma calibre nueve milímetros y Buenrostro murió al instante.
Cuevas, la mejor amiga de Paola, presenció el asesinato de su también compañera de trabajo y denunció.
Sin embargo, los agentes ministeriales las trataron en masculino y el caso no fue investigado como delito de odio. El presunto culpable fue puesto en libertad y horas después se dio a la fuga.
Los asesinatos de odio de personas LGBT en México aumentaron el año pasado un 11.54 por ciento, al registrarse 87 casos frente a los 78 de 2021. La mayoría de las víctimas fueron mujeres trans, informó la organización civil Letra S, Sida, Cultura y Vida.
De este modo, suman al menos 453 asesinatos motivados por el odio de la comunidad LGBT en los últimos cinco años, según el reporte.
Con información de EFE